A los compañeros y compañeras de organizaciones sociales.
A los compañeros y compañeras de organizaciones políticas hermanas.
A los compañeros y compañeras simpatizantes, colaboradores y ayudistas.
A los compañeros y compañeras militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
Estimados hermanos de clase
La historia muchas veces nos pasa por delante e impertérritos admiramos las luchas dispersas de nuestro pueblo sin lograr intervención alguna en aquellos esbozos de la lucha de clases.
Cuántas veces nos hemos quedado en la vereda de la historia, soñando con la fuerza inexistente, no sólo elucubrando con nuestra fuerza y el nivel del sujeto que despierta por todos lados, pero que no se configura como quisiéramos.
Aquí estamos hoy a 45 años que cristalizara la unidad revolucionaria a partir de un grupo de veteranos de las luchas sociales y la juventud revitalizada por la revolución cubana y las nuevas formas de hacer política, que dejaba atrás la viejas prácticas de la izquierda tradicional y ponía a la orden del día la lucha por el poder, y la construcción de la sociedad socialista cuyo sujeto histórico estaba conformado por los productores y los pobres del campo y la ciudad.
Pero eran los sesenta, aquellos años donde los pueblos del mundo alzaban su voz, asumían la lucha emancipadora y de liberación nacional, la historia caminaba a nuestro lado.
Hoy queremos recoger ese legado extraordinario de trabajadores, mapuches y campesinos, de aquellos compañeros anónimos que impulsaban a pinceladas la libertad.
También queremos recordar a nuestros compañeros caídos, a nuestros compañeros que cayeron en la tortura, a nuestros hermanos que cayeron en el combate, a nuestros hermanos encarcelados ayer y hoy, a los que cayeron en la reconstrucción de la esperanza, a aquellos que dieron los esbozos del nuevo camino levantándose desde las cenizas de la derrota.
A aquellos que no lucraron de la revolución, a aquellos que no aplastaron la racionalidad crítica al interior del partido, a aquellos que no levantaron su negocio personal a partir de las redes heredadas de la lucha.
La derrota de una lucha desigual, absolutamente desigual, no puede ser confundida con la derrota del proyecto de emancipación humana que encarnaron nuestros predecesores, proyecto fracturado y golpeado pero en ningún caso olvidado.
Hoy la vigencia de ese proyecto, es más necesario que nunca, la coyuntura histórica nos exige la necesidad de reconstruir el nuevo megarelato de la sociedad futura, el socialismo a secas no basta, hay que incorporar y alimentar ese proyecto, esto exige niveles de compromiso superiores, exige una juventud proactiva, dinámica, estudiosa y conspirativa.
Creemos que el proyecto del MIR tiene absoluta vigencia, más aún hoy en la barbarie del capital, en donde la codicia violenta los cuerpos cotidianamente. Los ejemplos están ahí en el norte, los trabajadores de la minería enterrados en los socavones, no de la madre tierra, sino en la miseria humana, de la acumulación a todo costo.
Los eventos de la naturaleza desnudaron al estado policial, garante de la rentabilidad de las transnacionales y el empresariado nacional, desnudaron los 20 años de gobierno concertacionista, de corrupción con tremendo desparpajo e impunidad garantizada, crecer con equidad justifico los millonarios negocios de las concesiones, y más aún, al gobierno ciudadano de Bachelet, que agusanado se caía a pedazos y terminó con los militares en las calles, dirigiendo algunos trabajos, y a cargo de miles de hombres y mujeres en programas de empleo.
Que imagen más nítida del gobierno ciudadano, fantasía de democracia.
Nuestra organización se nutre hoy en día de mucha juventud, y justamente ese es uno de los ejes de reconstrucción de la fuerza que el proyecto revolucionario requiere, el vigor y la osadía juvenil. Una nueva generación para la continuidad del proyecto revolucionario en Chile.
Sabemos que quedan grandes desafíos, el reencuentro con nuestro pueblo, la interacción en la lucha cotidiana, reconstruir ese tejido social que cortaron a sangre y fuego, pero las condiciones están, la actual coyuntura genera posibilidades de revertir la dispersión y las luchas mezquinas.
Ahora es cuando la alternativa revolucionaria debe consolidarse, crecer y desarrollarse.
A los compañeros y compañeras de organizaciones políticas hermanas.
A los compañeros y compañeras simpatizantes, colaboradores y ayudistas.
A los compañeros y compañeras militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
Estimados hermanos de clase
La historia muchas veces nos pasa por delante e impertérritos admiramos las luchas dispersas de nuestro pueblo sin lograr intervención alguna en aquellos esbozos de la lucha de clases.
Cuántas veces nos hemos quedado en la vereda de la historia, soñando con la fuerza inexistente, no sólo elucubrando con nuestra fuerza y el nivel del sujeto que despierta por todos lados, pero que no se configura como quisiéramos.
Aquí estamos hoy a 45 años que cristalizara la unidad revolucionaria a partir de un grupo de veteranos de las luchas sociales y la juventud revitalizada por la revolución cubana y las nuevas formas de hacer política, que dejaba atrás la viejas prácticas de la izquierda tradicional y ponía a la orden del día la lucha por el poder, y la construcción de la sociedad socialista cuyo sujeto histórico estaba conformado por los productores y los pobres del campo y la ciudad.
Pero eran los sesenta, aquellos años donde los pueblos del mundo alzaban su voz, asumían la lucha emancipadora y de liberación nacional, la historia caminaba a nuestro lado.
Hoy queremos recoger ese legado extraordinario de trabajadores, mapuches y campesinos, de aquellos compañeros anónimos que impulsaban a pinceladas la libertad.
También queremos recordar a nuestros compañeros caídos, a nuestros compañeros que cayeron en la tortura, a nuestros hermanos que cayeron en el combate, a nuestros hermanos encarcelados ayer y hoy, a los que cayeron en la reconstrucción de la esperanza, a aquellos que dieron los esbozos del nuevo camino levantándose desde las cenizas de la derrota.
A aquellos que no lucraron de la revolución, a aquellos que no aplastaron la racionalidad crítica al interior del partido, a aquellos que no levantaron su negocio personal a partir de las redes heredadas de la lucha.
La derrota de una lucha desigual, absolutamente desigual, no puede ser confundida con la derrota del proyecto de emancipación humana que encarnaron nuestros predecesores, proyecto fracturado y golpeado pero en ningún caso olvidado.
Hoy la vigencia de ese proyecto, es más necesario que nunca, la coyuntura histórica nos exige la necesidad de reconstruir el nuevo megarelato de la sociedad futura, el socialismo a secas no basta, hay que incorporar y alimentar ese proyecto, esto exige niveles de compromiso superiores, exige una juventud proactiva, dinámica, estudiosa y conspirativa.
Creemos que el proyecto del MIR tiene absoluta vigencia, más aún hoy en la barbarie del capital, en donde la codicia violenta los cuerpos cotidianamente. Los ejemplos están ahí en el norte, los trabajadores de la minería enterrados en los socavones, no de la madre tierra, sino en la miseria humana, de la acumulación a todo costo.
Los eventos de la naturaleza desnudaron al estado policial, garante de la rentabilidad de las transnacionales y el empresariado nacional, desnudaron los 20 años de gobierno concertacionista, de corrupción con tremendo desparpajo e impunidad garantizada, crecer con equidad justifico los millonarios negocios de las concesiones, y más aún, al gobierno ciudadano de Bachelet, que agusanado se caía a pedazos y terminó con los militares en las calles, dirigiendo algunos trabajos, y a cargo de miles de hombres y mujeres en programas de empleo.
Que imagen más nítida del gobierno ciudadano, fantasía de democracia.
Nuestra organización se nutre hoy en día de mucha juventud, y justamente ese es uno de los ejes de reconstrucción de la fuerza que el proyecto revolucionario requiere, el vigor y la osadía juvenil. Una nueva generación para la continuidad del proyecto revolucionario en Chile.
Sabemos que quedan grandes desafíos, el reencuentro con nuestro pueblo, la interacción en la lucha cotidiana, reconstruir ese tejido social que cortaron a sangre y fuego, pero las condiciones están, la actual coyuntura genera posibilidades de revertir la dispersión y las luchas mezquinas.
Ahora es cuando la alternativa revolucionaria debe consolidarse, crecer y desarrollarse.
¡Es luchando como avanza el pueblo!
Alternativa revolucionaria ¡Ahora es Cuando!
¡Sólo la lucha nos hará libres!
Dirección Zonal Sur
Movimiento de Izquierda Revolucionaria
MIR
Alternativa revolucionaria ¡Ahora es Cuando!
¡Sólo la lucha nos hará libres!
Dirección Zonal Sur
Movimiento de Izquierda Revolucionaria
MIR
Concepción, Barrio Universitario, Agosto 19 de 2010.
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