domingo, 19 de abril de 2009

Despedida del MIR a Dante Campana Buitrano


A la Compañera de Claudio.
A los Hijos de Claudio
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A los familiares
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A los Compañeros y compañeras militantes de organizaciones sociales
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A los Compañeros y compañeras militantes de organizaciones políticas hermanas
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Estimados Compañeros y compañeras, trabajadores y estudiantes.
Queridos hermanos de clase.
 
Desde hace un tiempo lamentablemente venimos acompañando los restos de nuestros viejos queridos, sea por el natural ciclo vital o por exabruptos de la vida.


Hoy con obligación y congoja, nos corresponde a nombre de la dirección nacional colectiva del Movimiento de izquierda revolucionaria y de un puñado de militantes, despedir los restos de nuestro compañero Claudio Campana.


Militante de la clase, aunque para algunos pareciera una paradoja, venimos a despedir al obrero e intelectual, tenaz propagandista de la vida, del amor, la ecología, la solidaridad y la formación política de los trabajadores, luchador incansable por un proyecto de clase.


Sólo hace algunos años, así se expresaba sobre el futuro proyecto de la clase:
 
 
La propuesta revolucionaria hoy
es sustancialmente una propuesta moral
…………..
Un cambio sustancial
en la manera de entender el mundo y al hombre.
Una nueva relación entre el hombre y la sociedad
libre de explotación pobreza y marginalidad.
Una nueva relación entre el hombre y la naturaleza
fundada en el respeto a la biodiversidad y el ecosistema universal
………….
un nuevo individuo y una nueva sociedad
fundada en el trabajo
el amor
el arte
en los sólidos valores de la solidaridad.

Dante se había trazado un camino de lucha por la emancipación de los trabajadores y la búsqueda de herramientas para la revolución libertaria, entendiendo la complejidad y los sinsabores de tanto esfuerzo, la porfía para reinventar el camino y ponerse nuevamente de pie.


La Revolución de los pobres y marginados ………
no pertenece a otros mundos sagrados

padece necesidades y sufrimientos

es individual y colectiva

está hecha de solidaridad y de amor

está hecha con la carne y los huesos del pueblo trabajador.


Los tiempos parecieran no ser los mejores, aún con una crisis social seria ad puertas, seguimos navegando en una diáspora de iniciativas, en una travesía demasiada lenta y en la letanía nos vamos quedando sin los viejos soportes de la memoria.

 
Dante era necesario, era sabia crítica y analítica, de la que permite sustentar la memoria proyectiva que hoy hace falta, una memoria si bien no exenta de recuerdos y anécdotas, fundamentalmente y prioritariamente de disputa política, de reconstrucción de proyecto político.
 

Esta tierra brindará amablemente sus frutos
Y la vida se regocijará homenajeada

Por una mujer y un hombre enaltecidos por el trabajo

Pero que no quepa ninguna duda

Ese día

También el pan será de todos


Hoy perdemos un compañero, al Dante Campana, que no era sólo parte de la memoria de los últimos 40 años de la clase y sus avatares políticos.


Dante era algo más, era el estudio y la búsqueda incesante de la historia del movimiento obrero, su desarrollo y los contextos, escudriñador de la historia y los procesos de constitución de sujeto, de la clase, del análisis del capitalismo tardío en esta tierra.


Últimamente se había convertido en un esforzado en la indagación práctica de la pedagogía política, cautivando nuevas generaciones.


Al viejo querido, lo encontramos de niño, en los campos del sur como sembrador de utopía, en el Enrique Molina descubriendo una nueva forma de vivir la vida, dejando los estudios en la universidad penquista, asumiendo las tareas de la revolución.


Lo encontramos entre los muros sombríos de Chacabuco 70, en el arte y la plástica, en el estudio y la sistematización de ideas, quebrando los tiempos y levantando la moral tras la caída del muro de la mentira socialista, tiempos en que muchos se vendían o simplemente expiaban culpas ante la nueva inquisición, ahí estaba desempolvando la bitácora de un viaje incluso, zamarreando las desviaciones de aparato para renacer desde el seno de la clase.
 

El proceso de liberación de clase y realización nacional
del pueblo pobre y marginado

tiene inevitablemente el carácter de una confrontación total

con el orden establecido

donde el desarrollo de las capacidades militares

independientes y soberanas del pueblo

es un asunto determinante

para el triunfo popular.


Si ahí lo encontramos rumbo al sur, en los 90, con las inclaudicables y tercas nuevas generaciones de miristas, albergados por la solidaridad de las montañas del sur, recreando el partido soñado, el fin de la parcela caudilla, el término del desangramiento interminable y el desarrollo de una política coherente con los tiempos, discutiendo una estrategia precisa, una táctica asertiva y poniéndole sustancia a los sueños en el cordón Nahuelbuta.
 

La moral revolucionaria
tiene una existencia real en la historia del pueblo trabajador.


El proyecto teórico libertario y multiétnico de los 90, que a la luz de los años creemos era visionario, sabemos que en gran parte nació y se nutrió de esa cabeza, de ese incansable cuestionador de los modelos, aficionado interrogador de la memoria, que decía:
 

Llegará el día en que
Piedra azul y el que vuela como un traro

Caminarán junto a sus otros hermanos también pobres y marginados por el capital y recuperarán todas las
memorias olvidadas

Y volverán a creer en los sueños y en los dioses

Y ese día cien veces vencerán

Cien veces vencerán


La porfía y la historia nos desperdiga por diversos caminos, pero nos reencontrábamos en forma insistente, Dante se esforzaba presionado por las necesidades a asumir la tarea de aportar a la educación política, ahí rompió la burbuja del sindicato, para interactuar públicamente con jóvenes, sindicalistas y estudiantes incorporando nuevos elementos al debate y mayores conocimientos.


El Dante nos deja siendo consecuente con su visión, primero que todo militante de los trabajadores, pero consciente de la urgente necesidad del partido de los trabajadores, Mirista de tomo y lomo, testarudo al grado de luchar consigo mismo por sacarse esa historia de encima, cuestión que sabemos le era imposible, pues a media hora de conversa ya estaba testimoniando viejas luchas rojinegras.


El hombre nuevo

el de la futura sociedad

hoy camina por la calle y los campos

mal alimentado y peor vestido

cansado mañoso y un poco alcoholizado

pero sin ninguna duda con una estatura moral

que jamás alcanzará un explotador de oscura conciencia

mimado por los privilegios del poder.

Por eso estamos profundamente convencidos

de que jamás en la historia de la humanidad

una revolución social ha sido tan necesaria y urgente.
Con un lápiz y con una pala
con una guitarra y con un fusil.


La tarea para las nuevas generaciones está aún inconclusa, los trabajadores y nuestro pueblo esperan.
Esperamos que muchos recojamos tu derrotero, para cosechar el grano de tu siembra.


¡¡ Es luchando como avanza el pueblo!!
 
Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Concepción 19 de abril de 2009

Compañero
Dante Campana

Presente

Hasta la victoria