viernes, 30 de diciembre de 2011

SITUACIÓN POLÍTICA NACIONAL

A DOS AÑOS DE LA DERECHA EN EL GOBIERNO

A pesar del período de estabilización de la lucha de clases en nuestro país, desde el pasado año, nos hemos encontrado nuevamente con sorpresas, el pueblo ha manifestado su malestar frente a las medidas neoliberales propiciadas por el gobierno de Piñera, tendientes a la privatización de la totalidad de las necesidades humanas.
El gobierno de Bachelet continuaba fortaleciendo la fase de estabilización, sustentada en la figura maternal de la presidenta y su pasado familiar como víctima de la dictadura, la cual mediante su legitimidad aseguraba las condiciones de estabilización económica y gobernabilidad para las clases dominantes de nuestro país. Lo cierto es, que con el escándalo de la concertación debido a su incoherencia orgánica y su escasa habilidad para gobernar, y con la llegada al poder de la derecha llena de medidas de subyugación hacia las masas trabajadoras, podemos afirmar que en la actualidad nuestro país se encuentra sin un bloque político hegemónico en el poder, proceso que se posicionó muy lentamente debido a la autodestrucción de los bloques políticos que contaban dentro de sus filas con intereses diversos e incapacidad política. Lo anterior, sin duda, ha repercutido en que los sectores más politizados del país se manifiesten de diversas formas buscando salidas propias a las necesidades que el pueblo reclama.

CRISIS DE LEGITIMIDAD Y REPRESENTATIVIDAD ¿PERÍODO PRE-REVOLUCIONARIO DE LA LUCHA DE CLASES EN CHILE?

En un año de marchas, protestas, huelgas y acciones directas de masas, muchos compañeros creen ver lo que Miguel indicaba como el crepúsculo de la revolución, sin embargo, el fenómeno cuantitativo del movimiento social no implica que la gran cantidad de masas volcadas a las calles visibilicen un horizonte común, al contrario, recién se ha fracturado la heteronomía de un pueblo diverso, esto es, que los cánones morales y la subjetividad impuesta por la legalidad burguesa se han ido desgastando debido a la ruptura de la legitimidad tanto de la clase política como de la institucionalidad, por lo que la búsqueda de soluciones frente a los problemas sociales, principalmente por parte de la juventud, que ha reconocido “la calle” como espacio natural de derecho a expresión, en vez de los registros electorales, ha ido regenerando una incipiente cultura contestataria frente al sistema de dominación. Si bien lo anterior se traduce principalmente en condiciones subjetivas (abstractas) favorables para el movimiento popular, esto es, la organización y conciencia política de las masas frente a las condiciones objetivas (tangibles) de pobreza y marginación del pueblo, el movimiento social no ha alcanzado una etapa de maduración política donde comprenda que la burguesía y sus lacayos políticos del reformismo, no cumplirán la satisfacción de sus demandas, traicionando al movimiento popular como lo han hecho históricamente. El pueblo en su conjunto, aún no distingue a su enemigo de clase manifestándose sólo por demandas reivindicativas, cuestión fácilmente manejable por el estado junto a la clase dominante dentro de los marcos fijados por la legalidad burguesa que ellos mismos imponen a través del poder ejecutivo, legislativo y judicial.
La asimilación de la guerra de cuarta generación por parte de las clases dominantes, es decir, la guerra comunicacional contra grupos organizados frente al estado burgués, permite desvirtuar la lucha y develar los verdaderos enemigos del pueblo, mostrando en noticieros radiales y televisivos, que la vía democrática de “diálogo” es la única salida a los problemas sociales que nos aquejan, criminalizando a los sectores sociales que toman en sus manos su futuro ejerciendo la violencia política organizada.
Es el caso de la lucha del pueblo nación mapuche, que resiste como puede los embates de un estado continuador del sincretismo cultural iniciado en la “guerra de Arauco” y perpetuado a lo largo de la historia con los intentos de “pacificación de la Araucanía”, después del turno de Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet, la represión prosigue con Piñera, escalando y agudizando el conflicto, en violencia y hostigamiento a las comunidades en lucha.
Es de esta forma, como los poderosos producen fracturas dentro del movimiento social, mostrando una heterogeneidad valórica que desconcierta. En el movimiento estudiantil, por ejemplo, proponiendo salidas burguesas dentro del marco de la estabilización de la lucha de clases que impiden la agudización de las disputas. El pueblo, enajenado por una vida de explotación, invadido por la globalización imperante y aculturizadora, desconoce a la lucha radical como la real y única salida a los problemas que lo aquejan, cayendo en el viejo juego de la clase dominante en el cual se muestra al enemigo dentro de las propias filas.
“Divide y vencerás” ha sido la forma histórica de dominación tanto en la división del trabajo internacional y en la guerra de clases entre los seres humanos.
A pesar de lo anterior, en ningún sentido se puede menospreciar el resquebrajamiento en el pensamiento dominante que la población ha asimilado por décadas, tampoco se puede mirar a menos el comienzo de una fase de luchas populares que puede tardar años en otorgar los primeros frutos. El llamado urgente es, a reconstruir e impulsar la alternativa política del pueblo y los trabajadores, desde el campo democrático revolucionario para generar las posibilidades de dar un salto cualitativo y radical en las luchas sociales, para sobreponer, de una vez por todas, la alternativa revolucionaria.

DESPUÉS DE PINOCHET, LA CONCERTACION Y SU“TRANSICION A LA DEMOCRACIA”, AHORA LA DERECHA CONTINUA Y PROFUNDIZA EL MODELO NEOLIBERAL

En todo análisis, desde cualquier mirada, es innegable la inequidad que se profundiza en Chile, la redistribución del ingreso, donde el 10% más rico posee un ingreso per cápita 78 veces superior al del 10% más pobre, es algo que no se ha podido esconder ni siquiera por parte de la derecha más recalcitrante.
Si miramos el Chile en su conjunto, el recorrido se hace extenuante. Casi la totalidad de los servicios básicos están en manos privadas, debido a un solo motivo: el modelo de desarrollo imperante que propone la acumulación como factor de competencia primordial entre los seres humanos. El agua, se encuentra en amenaza mundial, y en nuestro país, el “Código de aguas” permite tratar legalmente al agua como mercancía, lo que genera un marco de abastecimiento urbano que reniega el recurso de todos a gran parte de los sectores rurales y campesinos por no ser rentables, además de generar endeudamiento en el pueblo pobre trabajador y a la vez, permitir la privatización de la luz, recurso económico dependiente del agua, que se privatiza en su totalidad mediante ENDESA en 1989, como herencia de la dictadura, medida que es profundizada en los años de la concertación. El gas, otro recurso indispensable, también cuenta con una reserva disminuida, y que mejor para el gobierno que subvencionar una parte del alza en el precio, con el pretexto de la escasez mundial, para que los trabajadores paguen el desabastecimiento, mientras METHANEX, una transnacional canadiense, obtiene aproximadamente un millón de litros cúbicos de gas al día. Las telecomunicaciones han sido privatizadas desde los 90 por parte de la llamada “transición a la democracia”, que como ya sabemos, fue una alianza política más de los sectores políticos dominantes para dar respuesta a una crisis social a punto de estallar. Hoy en la sociedad de los medios de comunicación, el capitalismo globalizador se ha impuesto como forma monopólica en las comunicaciones humanas, facilitando la comunicación virtual e imponiéndola como necesidad indispensable, y relegando al ser humano y su intrínseca capacidad de “ser social”, a comunicarse por redes sociales virtuales que muestran e imitan todos los Karmas y vicios burgueses de una sociedad desigual, poniendo en la meta de las vida humana lo meramente estético, en contraposición a nuestro bienestar psicológico, a nuestra capacidad de amar, a nuestra capacidad de solidarizar con el prójimo más allá de las palabras. El transporte aéreo, también ha sufrido importantes medidas privatizadoras, desde los 80 con Pinochet hasta hoy con Sebastián Piñera y la familia Cueto. El transporte urbano, con el “Transantiago” es otro ejemplo de pésima planificación estatal, pareciera que al estado y la clase dominante le acomodan las empresas de transporte no licitado y se esfuerzan en demostrarlo, hasta la interconectividad entre las ciudades ha sido privatizada, el TAG es sólo un ejemplo aparte de las concesiones vía mar, tierra y aire. La salud por su parte, cuenta con un sistema de atención pública paupérrima, aún más, con la tasa de envejecimiento que aqueja a la población chilena y las enfermedades producto de las carencias materiales del pueblo pobre, la salud privada emerge como la salida de calidad con sus créditos a destajo, ante la negligencia y las “largas colas” para poder atenderse de la salud pública. El plan auge del gobierno de Lagos es un ejemplo de lo anterior, priorizando enfermedades para atender en el sistema público y dejando otras sin cabida para ser recogidas por el sector privado, dando comienzo, a una profundización silenciosa en las medidas privatizadoras que pretendían llegar a la concesión de los hospitales y la desaparición de la salud pública, tarea que hoy se está logrando con el gobierno de Piñera. Las pensiones son otro negocio inhumano, con el aporte obligatorio de todos los chilenos a las administradoras de fondo de pensiones (AFP), se lucra con el dinero de todos invirtiéndolo y comprando acciones de empresas nacionales y extranjeras, como una forma legalizada en la modernidad de lavar dinero, dando (implícitamente) a los trabajadores independientes dos opciones: una vida de ahorro o una tercera edad en la miseria. Para las fuerzas armadas (FF.AA), claro que la cosa es distinta, ya que son ellos los que, paradójicamente, tienen el deber de proteger a la ciudadanía (al contrario de lo que se ve en las protestas y el terremoto, por ejemplo) por lo que su sistema de pensiones es estatal por el riesgo que se corre, y su jubilación es anticipada. Nuestros recursos naturales han sido privatizados a destajo como condición básica para el ingreso a los tratados de libre comercio (TLC). La educación en su amplitud se encuentra privatizada, siendo ésta la que expresa la matriz cultural impuesta por un modelo económico desigual. En los últimos años, las reformas a la ley orgánica constitucional de enseñanza (LOCE) han sido solo pinceladas en un cuadro educativo cuyo fondo sigue igual. La educación como mercancía, con la PSU como filtro de clase en el ingreso a la educación superior, deja como oportunidad al pueblo pobre una educación técnica con altas tasas de endeudamiento, pocos créditos de financiamiento y bajas remuneraciones en el campo laboral. Esto queda demostrado con muchas encuestas de muestreo, una de ellas la CASEN, la cual demuestra que el quinto quintil más rico tiene el 80% de acceso a la educación superior en contraposición al 17% de acceso del primer quintil más pobre. Los que no pueden ni siquiera pasar a la educación superior, con suerte encontraran un trabajo mal remunerado en un mercado laboral cada vez más exigente debido a los grandes ejércitos de reserva, los cesantes.

LA “CRISIS” ECONÓMICA - ECOLÓGICA MUNDIAL Y SUS “AZOTES” EN AMÉRICA LATINA Y CHILE

Contradictoriamente, cuando se habla de crisis en nuestro país, las cifras dicen todo lo contrario, las tasas de rentabilidad no sólo de la banca sino de las grandes empresas han crecido en forma proporcional a las cifras cada vez más negativas de la redistribución del ingreso, en el caso de la industria minera privada las ganancias mostraron un notorio avance de 64,7% en relación al año anterior, llegando en 2011 a US$ 3.234,04 millones, el sector forestal obtuvo ganancias cercanas a los US$ 5.600 millones, mientras que el retail aumentó sus dividendos más de 10 veces, superando los US$ 106 millones en ganancias, por su parte la distribución del ingreso se mantiene en la última década.
Claramente el escenario es desigual, los ricos son más ricos y los pobres más pobres. Es claro, no hay crisis mundial para los dueños del poder y la riqueza.
La existencia del capitalismo significa la propia existencia de crisis económicas mundiales cíclicas, donde el capitalismo global se va regenerando y reinventando para dar soluciones que la mayoría de las veces recaen en las espaldas de los trabajadores, sobretodo de los países subdesarrollados y del tercer mundo, los cuales mediante la precarización y flexibilización laboral, el endeudamiento, los despidos, etc. van pagando la crisis de los patrones quienes no pierden. La crisis de los patrones nacionales e internacionales es producto de su misma especulación económica, siendo majaderos, la crisis no es más que el no cumplimiento de las utilidades que se pretenden obtener por parte de los dueños de los medios de producción y de los accionistas financieros.
Por otro lado, el imperio norteamericano y su política de “amigo o enemigo”, se encarga de aislar económicamente a todos los países que pretendan crear alternativas económicas, tal es el caso de Latinoamérica con el ALBA.
En Chile, la crisis se trata de opacar con las medidas contra cíclicas impulsadas por el estado en el conjunto de la economía, lo que hace contar con excedentes hacia futuras crisis que permiten subsidiar las necesidades del país ante las crisis mundiales y aparentar estabilidad en beneficio de las clases dominantes y su modelo desarrollista neoliberal. Es sabido que la clase política no interviene en la economía con su política de “dejar hacer”, pero cuando las clases dominantes ven amenazados sus privilegios, lo primero que hacen es pedir ayuda gubernamental, a lo cual el gobierno de turno acude inmediatamente, en contraposición con los derechos de los trabajadores, los cuales han sido históricamente negados.
Chile es un país abierto y rentable para los capitales extranjeros y nacionales, por supuesto, porque tiene trabajadores muy mal remunerados y porque la gran parte del pueblo subsiste debido a la cruel imposición del capital transnacional financiero, que impone grandes tasas de interés mediante la deuda a crédito, y que brinda grandes facilidades para obtener las tarjetas que representan fielmente la arremetida del dinero intangible por sobre el efectivo en la actualidad. La raíz de la crisis mundial está en que los individuos se endeudan mucho más de lo que pueden pagar, por lo que la crisis, además de ser financiera, es una crisis que tiene raigambre en la sobreacumulación de capital.Lo cierto es que las empresas que logren sobrevivir, serán menos y más grandes, dando paso a lo que Marx llamó la síntesis, es decir, el resultado derivado de la combinación dialéctica entre tesis y antítesis. Esta síntesis de la crisis será temporal hasta la llegada de otra crisis.
Por otro lado, el medioambiente junto al ser humano, es el más afectado por la crisis económica. La desregulación fiscal en la economía que da vida al capitalismo, favorece la emanación de gases que producen cambio climático en la atmósfera debido al tipo de producción agrícola y ganadera industrial de la mayoría de los países. Es el modelo capitalista de acumulación el que justifica la contaminación, el cambio climático y la consiguiente pérdida de biodiversidad, sin medidas sustentables y sostenibles que regulen la interacción ser humano-naturaleza y que preserven la reproducción de los recursos para las generaciones futuras de la humanidad. La problemática medioambiental es problema de todo revolucionario, ya que es una de las contradicciones fundamentales entre trabajo-medio ambiente. Los sectores dominantes, políticos y empresariales, pretenden culpar a todos en el problema del deterioro medioambiental, sin embargo, son ellos mismos los que por años han propuesto y mantenido un sistema de irrestricto interés hacia la acumulación económica por sobre la preservación del medio ambiente, manufacturando productos que el pueblo obtiene en el mercado, luego botando deshechos que dejan una “huella ecológica” difícil de revertir para el ecosistema. El agua, tanto de ríos y de mares sigue siendo contaminada por los desechos industriales, sobre todo por el derramamiento de petróleo, el cual en su estado gaseoso también daña el aire con la combustión de Óxido de nitrógeno (NxOy) y dióxido de azufre (SO2).
Debido a la concentración de la geografía urbana, y la sucesiva formación de metrópolis y megalópolis a nivel mundial, el medioambiente, producto de la producción y acumulación de población productiva que tiene injerencia directa en el ecosistema, ha visto alterado sus ciclos naturales. Un gran ejemplo de esto sigue siendo Santiago con excesivos niveles de emanación de monóxido de carbono (CO), a través de las aglomeraciones vehiculares producto de la centralización administrativa y terciaria. Las ciudades restantes siguen siendo los lugares donde el sector primario y secundario prevalece, la centralización en Chile es aberrante y permite la exclusión de la mayoría de los chilenos que ven amenazada su soberanía alimentaria con productos exportados que son más baratos en el extranjero en vez de nuestro país productor.

Las tasas de inmigración hacia Chile no han crecido tan sustancialmente en las últimas décadas, pero los medios de comunicación, con gran capacidad sensacionalista, han tratado de maximizar el repudio hacia la llegada de personas provenientes de países limítrofes a nuestro país en búsqueda de mejoras laborales, como es el caso de los hermanos peruanos. Sin embargo, en Chile existen residiendo o ya establecidos más argentinos que peruanos, pero la diferencia radica en que mientras los primeros son mayormente profesionales, técnicos o estudiantes, los segundos son mano de obra no especializada. En Chile el forastero es bienvenido siempre y cuando signifique un aporte a la economía de mercado. El ser humano es sólo un factor productivo más en la sociedad de mercado, y en Chile, ya no se necesita más mano de obra barata de la que ya se ha generado entre sus habitantes.

EL VIEJO CIRCO POLITICO Y EL DESGASTE DE LA INSTITUCIONALIDAD

Podemos decir, que la crisis de legitimidad y representación política, no es más que la cosecha de 20 años de profundización del modelo político económico dictatorial que administró la concertación como continuadora de Pinochet bajo un régimen de “democracia restringida” que permanece hasta hoy, lo que fue incubando el actual descrédito de la casta política que legislando a favor de la gran empresa y las transnacionales ha extendido sin límites las utilidades de estos, incrementando la injusticia social para los trabajadores, y por otro lado, priorizando el financiamiento del estado policial y eternizando un régimen laboral flexibilizado. Sin dominación no puede haber explotación.
Pese a las rencillas y disputas de espacios de poder al interior del bloque político administrativo, se consolida el núcleo más duro del neoliberalismo que en términos ideológicos se expresa en el instituto “Libertad y Desarrollo”, organismo que se declara independiente de cualquier política gubernamental, religiosa, política y empresarial, etc. Pues claro, si sus políticas son parte de la derecha más dura del país. No es extraño que su director, Luis Larraín (parte del “linaje de los 800” y ligado a la UDI) criticara públicamente las medidas sociales de Piñera por parecerse más a políticas concertacionistas que de lo que tendría que ser la verdadera derecha para ellos, es decir, un gobierno fascista que no de oportunidad alguna para el pueblo y los trabajadores con medidas sociales populistas, sino que ejemplifique y castigue con “mano dura” los intentos de protesta social, tal como lo hiciera su general predecesor. Desde este instituto surgen las líneas programáticas del gobierno de la alianza, aunque con poca coherencia en políticas macro, pero mostrando los caminos con un sinfín de particularidades que profundizan el modelo o abren los debates de manera de imponer la agenda privatizadora como único camino. Es importante decir que en este plano sólo la lucha continua del movimiento estudiantil ha logrado romper la agenda. El instituto, por su parte, sigue sosteniendo que la desigualdad de la redistribución de la riqueza en Chile, y por lo tanto, la educación como vitrina de las diferencias de clase, no es asunto de la política pública.
Es obvio, Piñera no es del gusto y no le cae bien a la “fronda aristocrática” que aún gobierna el país bajo las sombras, su linaje no es de la nobleza más “pura” y sus políticas no son tan severas como los dueños del país quisieran. El instituto “Libertad y Desarrollo”, por lo mismo, se ha transformado en el líder de la oposición concertacionista en vez del fiel colaborador que la presidencia pensaba para sí mismo. Aunque es obvio, la postura de la derecha económica prevalecerá sobre la política de las nuevas alianzas de cualquier sector.
El bloque político dominante se ha resquebrajado públicamente por dos aspectos generales, en primer lugar, por la disputa salvaje por posicionar personalidades como futuros candidatos, mediatizando de forma exacerbada las aspiraciones de personajes tales como Zalaquett, Labbé, así como de los ministros Longueira, Matthei, Allamand, Golborne (con la negligencia de los 33) entre otros, e inclusive Ossandón a la cabeza del populismo crítico a la administración Piñera. En segundo lugar, la mirada diversa de sectores más liberales que chocan en aspectos valóricos y de procedimientos, el “escándalo” del matrimonio homosexual criticado tan fervientemente por los políticos católicos más empedernidos, provenientes de la derecha en confabulación con el “Opus Dei”.
La alianza no es homogénea en ideología, es el reflejo de una clase dominante patéticamente asustada por los problemas de gobernabilidad. El mejor liderazgo de la derecha sigue siendo el dictador Pinochet, lo que permite concluir que la esencia de la derecha es anti-democrática.

Porque es claro, la tecnocracia piñerista ha sido incapaz de gobernar y ha sobrecalentado el escenario político en diversas materias, de ahí que constantemente los empresarios salgan en los medios exigiendo al gobierno no tomar rumbos contradictorios hacia su ideología, lo que genera una crisis de legitimidad en las propias filas de la alianza que profundiza el rechazo al gobierno inclusive en los sectores acomodados del país, provocando un aumento del desorden interno y gruesos errores tácticos que la tecnocracia es incapaz de resolver. Hay casos determinantes, por ejemplo, los desalojos en ambos congresos, el primero en Valparaíso con gran violencia policial y conflictos serios entre parlamentarios y gobierno, el segundo en una sesión del senado y el ministro Bulnes “funado” por activistas, lo que terminó en cuestionamientos al presidente del senado por parte del gobierno por no usar las fuerzas especiales para normalizar la sesión, cuestión que escaló rápidamente en declaraciones del oficialismo que rayan en la inconstitucionalidad al cuestionar la independencia de los poderes del estado, situación vivida antes en el cuestionamiento del gobierno al poder judicial.
En el ámbito económico, la agenda del ministerio de obras públicas contempla un plan de 120 obras de carácter regional (que habrá que esperar para analizar), una vuelta a las concesiones privatizadoras por cerca de 8 mil millones y un programa de embalses destinado a la recuperación de aguas que actualmente se pierde en el orden del 84% en el país pese a graves y crecientes niveles de desertificación (sobre el 7% anual). Todas estas medidas estan abaladas bajo el discurso mediatico de la crisis por la falta de agua, especialmente en el norte del país, sin embargo existe un aspecto poco señalado por las autoridades y es el hecho de que toda el agua que se pretende recuperar o “dejar de perder” no es precisamente para el aprobechamiento de la población, sinó para la continuidad del modelo económico, es decir, se requiere agua, es verdad, pero para que las empresas puedan seguir obteniendo frutos a través de su utilización y no para que las personas afectadas por la sequía puedan mejorar sus condiciones de vida.

LA “OPOSICIÓN” CONCERTACIONISTA NEOLIBERAL

Como ya decíamos anteriormente, la oposición concertacionista, al igual que la derecha en el poder, disminuida y rechazada por una mayoría sorprendente según las encuestas, agrava su crisis cíclica con la definición de candidatos a las elecciones municipales, tratando de subsanar su retorcida imagen con primarias donde nuevamente se eligen entre ellos, al mismo tiempo que se preocupaban de “muñequear” la posibilidad de intervenir (al igual que el 2006 en la fracasada “revolución pingüina”) en el movimiento estudiantil, colgándose del apoyo popular por parte del pueblo hacia el movimiento y haciendo caso omiso a su propia historia en la profundización del modelo educativo.
Carentes de apoyo popular los partidos empresa en que se convirtieron las orgánicas de la concertación, son incapaces de resolver los conflictos al interior de las cúpulas, es así que se visualiza una próxima refundación urgente o las grietas terminales pasarán la cuenta, situación que comienza a concretarse en la lucha de diversas posiciones al interior, generándose al menos 3 o 4 posibilidades de refundar, ampliar o sencillamente reventar la concertación. Hoy se vislumbran movidas del PPD-PS, los titubeos de la DC con posibilidades de profundizar su derechización abre la perspectiva de reacomodos sorprendentes, o mejor dicho, se abre la posibilidad de develar los verdaderos intereses históricos de los partidos de centro en Chile de la mano con las clases dominantes. Aunque por ahora es claro que un giro hacia la izquierda tradicional es un objetivo táctico, el PC y el MAS son una posibilidad concreta que ya se trabaja en regiones, más aún, si no despega candidato alguno pesará el slogan de “unidad para derrotar a la derecha”.
En este sentido, Bachelet podría ser la posible candidata incuestionable por parte de la concertación, ya que la ciudadanía ve en su imagen maternal la respuesta del desequilibrio causado por un padre que no sabe escuchar lo que la familia quiere. Lo que no sabe la gran mayoría del pueblo, es que Piñera y Bachelet son integrantes de un mismo matrimonio, cuál de los dos más populista. Pero Bachelet es la candidata para recuperar esa legitimidad perdida, fenómeno que ya se dio en las urnas con la mayoría de las mujeres que se veían encarnadas en la presidenta debido a los largos años de patriarcado machista que aún persisten en Chile.

Aunque insistimos, si no hay liberación de clase, no existirá liberación de género.

Pero la grieta social ya está abierta, ha calado hondo y no cerrará fácilmente o por arte de magia, las viejas y conocidas maniobras de la Bachelet ya no serán soporte intocable para el estallido social en ciernes.

LA IZQUIERDA TRADICIONAL Y EL REPETIDO CUENTO DE REVOLUCIÓN SOCIAL

El PC cada vez más sistémico e incapaz de dar propuestas concretas para impulsar un bloque a la izquierda de la concertación, también se sume en el descrédito por parte de la población y el movimiento estudiantil, se mueve de forma urgente sumando alianzas con el MAS y buscando acuerdos sociales que potencien su capacidad de freno a la movilización popular y estabilicen la institucionalidad, de manera de lograr capacidad de maniobras a cambio de gobernabilidad.

La conducción del movimiento estudiantil ha estado caracterizada por un leve vuelco a la izquierda un tanto más radical, esto producto de las bases universitarias a las cuales el PC no ha querido traicionar aún por estar en un proceso de legitimación de la concertación como alternativa de izquierda, lo que le permitiría vencer en las elecciones, pero lo que no significa una honestidad y transparencia política hacia el movimiento social. Dentro de esto, la asamblea coordinadora de estudiantes secundarios (ACES) ha representado con más fidelidad a la izquierda consecuente con las demandas populares, cuestión que ha significado un peligro para la CONFECH debido a la propuesta reformista que hay de fondo. No hay que ser ingenuos, no conviene solucionar problemas sin obtener victorias políticas para sí en vez de impulsar el fortalecimiento del movimiento social.
La dirigente estudiantil Camila Vallejos, alcanzó niveles de popularidad inimaginables, la postura “consecuente” mencionada anteriormente, fue en busca de la capitalización de frutos propios para el PC y la concertación. Se repite la historia, la imagen femenina de “mujer moderna” cautivó a muchos, sobretodo cuando la estética, en una sociedad sin identidad cultural, vale más que la consecuencia política con el pueblo en su conjunto.
En la actualidad, la nueva dirigencia encabezada por Gabriel Boric, de la izquierda pseudo-revolucionaria, continuará con las posturas conciliadoras de clase, planteando implícitamente la revolución por etapas que rechazamos tajantemente, por ser inviable en Latinoamérica donde a través de ella se ha llevado a la burguesía al poder.
Queda claro que los distintos grupúsculos han preferido capitalizar frutos propios en beneficio de sí mismos en vez de crear un bloque que aúne a las perspectivas revolucionarias, la coyuntura, como dijimos anteriormente, hizo creer a muchos que contaban con la fuerza para enfrentar la cuestión del poder por sí mismos.

LA IZQUIERDA ATOLONDRADA Y LAS TAREAS URGENTES DE LOS REVOLUCIONARIOS

Tan así es el panorama que la izquierda más desconfiada y supuestamente radical (o anti-sistémica podría ser más correcto) se mantiene retozada en una diáspora de micro-orgánicas soberbias, no logra saltar a la macro-política, no logra comprender el magno espacio de la política, exacerba el mito y el dogma, una especie de liturgia resistente y agitativa sin propuestas organizativas, no logra sacudirse de la influencia de las corrientes postmodernistas que han mutilado su vocación de poder en las últimas décadas, reavivando el oportunismo, los caudillismos y eternizando los negocios personales de quienes más encima realizan “críticas constructivas” concernientes a la política y moral revolucionaria, a través de una pose o estética seudo-revolucionaria, incorporando discursos que bordean en el anarquismo, justificando la banalidad, el voluntarismo y por ende el descompromiso militante.
Recordemos que las grandes movilizaciones comienzan con la convocatoria en el plano medioambiental y el proyecto Hidroaysén, pero que en el seno de estas convocatorias se encuentran decenas de demandas o reivindicaciones que en definitiva terminaron conducidas por los llamados transversales de secundarios y universitarios, que han convocado a más de 100 jornadas de protesta nacional y varios intentos de paro nacional con el apoyo de la CUT y sectores gremiales. Incorporándose sectores obreros y la participación de pobladores, en un hecho relevante tras dos décadas de cooptación y clientelismo en los barrios y territorios populares, donde los partidos políticos parlamentarios se imponen con medidas populistas y de falsa representatividad para lograr la mayoría en las urnas electorales.
Lamentablemente, pese al nuevo escenario y por cierto promisorio, de la agitación creciente, de las multitudinarias movilizaciones, de la incorporación y coordinación de múltiples sectores sociales, la izquierda revolucionaria sigue incapaz de levantar un proyecto democrático revolucionario que se exprese en la macro política y la lucha callejera (aún influenciada por el lumpen y sectores anarquistas) sigue como ya a fines de los 80 señalábamos como “un desgaste sin darle atención al anclaje orgánico en sectores sociales estratégicos y más aún no hemos salido del atolladero político, careciendo de direccionalidad, planificación y perseverancia, es decir, seguimos deficitarios en la relación con el pueblo y carentes de un proyecto político a largo plazo”. Sin titubeo diríamos que acertamos muchas veces al análisis, pero no lo plasmamos en la política concreta, en sectores sociales concretos y menos desde una perspectiva estratégica.

Por otro lado, la verborrea de la “unidad” es tradicional dentro de la izquierda, pero seamos claros, no puede haber unidad sin claridad política, ya que nunca lo cuantitativo presupone un éxito en la calidad del partido revolucionario, es más, muchas veces lo perjudica al integrar individuos provenientes de la pequeña burguesía que no cuentan con una conciencia de clase combativa. Hoy, los fragmentos miristas se encuentran en todos lados, cada uno con su orgánica propia, o en los actos conmemorativos, quien más “pecho hinchado” por un pasado “glorioso”, cual apología griega a sí mismos y a la historia de la resistencia como nostalgia eterna.
Seguimos creyendo en la nueva generación para la continuidad del proyecto revolucionario en Chile, seguimos forjando la corriente de pensamiento que de una vez por todas supere los avatares y el circo ideológico en la reconstrucción del mirismo.
Creemos que la matriz cultural, está en la juventud denodada, que con el ejemplo de Paine, Miguel, los hermanos Vergara y tantos otros, reconstruye en cada territorio, en cada población, liceo y universidad, la identidad de clase del pueblo pobre fuera de todo sesgo o desviación ideológica de los que ya hicieron su gran aporte en décadas pasadas. Aprendemos del ejemplo de la historia, para no “tropezar con la misma piedra” y para proyectar el futuro.

Porque como dijera el Che, no se vive celebrando victorias, sino superando derrotas.

Lo claro es que el 2011 ha abierto una nueva dinámica social que puede reactivar un nuevo período de luchas populares, que sin lugar a dudas quebrarían el cuadro señalado como estabilización de la lucha de clases, pudiendo abrir un nuevo período de enfrentamiento que abre la sintética eventualidad de un cuestionamiento integral al modelo y el “establishment”, que dependerá proporcionalmente a la capacidad de maniobra del campo popular y la corriente democrática revolucionaria en alianza veraz con la diversidad del movimiento social y su infinidad de reivindicaciones, que deben necesariamente plasmarse en un proyecto político emergente capaz de cambiar la correlación de fuerzas hoy existente, concibiendo la legitimidad de cada una de las expresiones anti sistémicas, en el concierto de una radicalidad real urgente, maciza y concisa.


DIRECCIÓN ZONAL SUR 
MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA
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