martes, 24 de noviembre de 2009

DECLARACIÓN PÚBLICA SOBRE LOS AVATARES DE LA RECONSTRUCCIÓN Y EL CIRCO IDEOLOGICO DEL VIEJO MIRISMO


A nuestros hermanos y hermanas de clase
A la juventud y estudiantes
A nuestros compañeros y compañeras

Si bien el contexto que vivimos pareciera no ser el más propicio para el desarrollo de la fuerza social revolucionaria, si no más bien la hora de la semilla para una nueva generación que asuma el proyecto revolucionario de la clase inconcluso y cercenado.

Nuevamente nuestra organización sufre los rigores de la falta de centralidad política y se convulsiona por los oportunistas de siempre que no trepidan en dividir y dispersar la fuerza rojinegra, es así que un pequeño grupo de aventureros oportunistas, tránsfugas de la revolución que no tienen asco en pavimentar su camino con la sumisión a proyectos sistémicos que le otorgue divisas para sus parcelas, se pliegan al circo electoral sabiendo que estas maniobras, son dependientes de las platas del progresismo socialdemócrata y las transnacionales ONGs. Organismos que ya sabemos depredadores de la fuerza autónoma del pueblo, que liquida o domestica bajo la seducción de sus recursos internacionales las expresiones populares.

Cuando el pueblo y más del 50% de la población enrostra a los politiqueros inmorales y corruptos, cuando el 85 % de los menores de 39 años desconoce todo el régimen político heredado de la dictadura militar y su seudo democracia conservadora, cuando cerca del 50 % del universo electoral desconoce las elecciones, en forma inexplicable un grupo de la vieja membresía alentados por sus jerarcas hoy día rinden pleitesía al espermio de nuestro compañero Miguel, se embarcan en una aventura electorera sin destino, una aventura electorera que confunde, una aventura electorera que legitima el estado contrainsurgente, que legitima el nepotismo y el sistema de protección de las transnacionales, como si ya la vieja izquierda tradicional, a la cual ya poco queda de izquierdas, no se hubiere cabeceado contra el muro del sistema electoral, con resultados míseros.

¡¡Que vergüenza pensar que desde el sistema corrupto y podrido un sector marginal podría levantar alternativas políticas, sabiendo más aún que ya hace largo rato abandono la trinchera del pueblo!!
¡¡ Que vergüenza que viejas generaciones críticas, hoy incapaces de evaluar sus propias culpas en las derrotas del pasado, arrogantes de la pedantocracia intenten dar lecciones y proponer caminos reñidos con la historia del MIR y porque no decirlo de su propia historia!!

Que no quepa duda, en macondo todo puede ser, entre el pacto concertación- militares y la infinidad de casos de corrupción de los últimos 20 años, la ética se disocio de la política y talvez era esperable está situación en el campo burgués y socialdemócrata, pero que la vieja membresía del MIR cayera entre tanta corruptela nadie podía imaginarse.

No basto la pensión Valech para los renegados de la lucha y del MIR, que promueve a los viejos luchadores como seres especiales, extraordinarios dentro de los reprimidos por la dictadura, porque los trabajadores del campo y la ciudad reprimidos expulsados de sus tierras, desempleados por el modelo económico impuesto por la dictadura no sufrieron, no les cambio la vida, por lo tanto, no hay compensación alguna, sin embargo, la vanguardia de la clase, los dañados, sólo fueron la elite del añoso MIR, que según decisión de la justicia cumple con las condiciones de las entidades privadas que fueron intervenidas por el gobierno militar el 11 de septiembre de 1973, ese es el grado de estupidez que enfrenta la memoria de oportunistas como Juan Parra y Henry Crisóstomo.

Hasta ahí con dolor se podía cuasi entender pero no bastó y no son pocos los que forzaron la historia y la memoria del MIR, de sus generosos y honestos combatientes para en una obra mágica, hipotecar la consecuencia frente a los trabajadores, e inventar una empresa de papel, un partido empresa, con un gerente y sus acólitos empleados, cerca de cuatrocientos seres sórdidos y oportunistas haciendo columnas para recibir las migajas del estado y sepultar las luchas del pueblo trabajador.

El gran drama ético del mirismo, ya no se soporta, desde las dádivas del informe Valech, definitivamente el desprestigio se ha generalizado. Vemos con desconcierto como los derrotados y anquilosados revolucionarios de ayer, cerca de 400 oportunistas que se marchan a la trinchera del capital tratando de hundir con su egoísmo dionisiaco la embarcación de los pobres del campo y la ciudad, hipotecando las luchas de los trabajadores contra la explotación y la sumisión, todo a cambio de las concesiones de la justicia burguesa declarando al MIR como empresa.

La triste realidad es dura, si bien la involución ideológica de parte del anticuado partido explicaba la adaptación de viejos cuadros y bases a la alegría virtual de la concertación y a formar parte de la administración cínica y canallesca del modelo heredado de la dictadura, las negociaciones de libertad por silencio fue la segunda capitulación de cuadros históricos y alguna franja que negocio con todo.

No contentos con esta inmoralidad, hoy viejos jerarcas hacen lobbys y seducen las nuevas generaciones, comprando conciencias juveniles y junto a una camada de tránsfugas, revolucionarios de proyecto, se lanzan a apoyar la candidatura de un liberal ecléctico, cuyo camino a todas luces es el perfeccionamiento del neoliberalismo, la explotación y el control y la represión de un pueblo, un liberal que soluciona los problemas de un pueblo con más suboficialidad de pacos en las calles, más represión debiera señalar con todas sus letras.

Así terminan sus días, esa especie de camaleones que derrotados física e ideológicamente, sucumben ante los guiños del capital que necesita urgente fortalecer su inestable y deslegitimada gobernabilidad con míseras prebendas. Se fueron impunes, sin asumir las responsabilidades políticas de las derrotas, incapaces de dar la cara al pueblo para oportunistamente fraguar la hipoteca del MIR institucionalizándolo, involucionando a un MIR electorero, y creemos que no es casual, que lo que intentan es desvirtuar parte de la historia de un pueblo, desprestigiar ese proyecto y cercenar la posibilidad de reconstrucción.

Definitivamente, un sector importante de la vieja guardia, ha rematado su propia historia, la historia de un pueblo. La historia, la memoria y la consecuencia de aquellos compañeros que se jugaron la vida por su pueblo (en tanto la vieja jerarquía no arriesgaba nada, timbrando los pasajes al exterminio desde La habana y París, de los mejores hijos del pueblo).

Ponemos en alerta a la juventud de nuestra organización, y al conjunto de la periferia que hoy día nuevos mercaderes de la revolución están convocando a una supuesta refundación del MIR , bajo un discurso humanista y de buenas intenciones, intentan engañar a muchos compañeros que carentes de información, caen en el juego de la falacia política y se embarcan en una turbia orgánica que no ha dejado oportunidad para engañar y arrastrar a un puñado de jóvenes al campo burgués, aceptando salarios para trabajar en campañas del neoconservador Marco Enríquez Ominami Gumucio, impulsando un ingenuo giro al circo electoral.
Tras un discurso solapado intentan alimentar las parcelas putrefactas, las sectas incapaces de olvidar el caudillismo, las practicas marginales al pueblo trabajador, arrastrando a un puñado de compañeros a la confusión y la subordinación al contexto democrático burgués.
Por estas razonas la dirección sur declara su más categórico rechazo al negociado del MIR empresa , a los contubernios de una franja miserable de miristas que se coluden para tergiversar la historia de nuestra organización, guardando silencio frente al modelo y al estado opresor, que continúa golpeando y criminalizando las luchas populares.
El MIR Nada tiene que ver con los pactos, negocios y “reparaciones” transadas con el estado, el mismo estado, que asesinó y torturó a miles de compañeros que ahora pensionados como “victimas” de los “excesos” de facto, el mismo estado que compra el silencio, de la memoria, de las luchas de los trabajadores y campesinos y del propio MIR. Todo a cambio de migajas que barren la ética política y los superpone frente a las miserias de un pueblo, desprestigiando el incasable batallar del pueblo y las nuevas generaciones de miristas.
El MIR que levanta las banderas históricas, que no transa sus principios, que se reconstruye y busca afanosamente enraizarse nuevamente entre los trabajadores, los estudiantes y sus luchas, entre los pobres del campo y la ciudad.
El MIR que de la fuerza del mito en las nuevas generaciones, se levanta en una franja juvenil crítica y que recoge el legado extraordinario de nuestros combatientes.
El MIR que crece y se fortalece con una nueva generación que asume la reconstrucción del proyecto revolucionario, nada tiene que ver con institucionalidad del capital, nada tiene que ver con fortalecer el modelo político del capital desprestigiado y corrompido.
El MIR fue y será de la clase, el MIR histórico, el MIR de Clotario, de Valenzuela, de Luciano y Miguel, del coño Villabela, el que renace y se reconstruye en cada lucha obrera, en cada rincón donde la explotación y la opresión de un pueblo se levanta contra la heteronomía, y combate por un mundo diferente sin esclavos del trabajo y el capital.

¡¡ Viva el Movimiento de Izquierda Revolucionario histórico!!
¡¡ Viva la juventud y los trabajadores!!
¡¡ Viva la nueva generación para la reconstrucción del proyecto revolucionario!!
¡¡ Es luchando como avanza el pueblo!!
¡¡ Sólo la Lucha nos hará libres!!

Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Dirección Sur
Noviembre de 2009

domingo, 15 de noviembre de 2009

Despedida del MIR a Nelson Araneda Loayza


Sucede por ejemplo que estamos en el frente,
Por algo… que vale la pena que se luche.
Nada más comenzar el ataque,
Al primer movimiento,
Puede caerse cara a tierra y morir.
Todo esto hemos de aceptarlo con singular valor,
Y a pesar de todo, nos preocupamos apasionadamente
Por esa guerra que puede durar años y años.

“Es imposible que la desolación haya acaparado el territorio,
Es imposible cuán anticipado vino el velorio,
Inútil como llevar un remedio al cementerio se vuelve el escenario
Cuando el mensaje es hueco, banal y etéreo,
Es imposible que la resignación tenga la victoria,
Es imposible que sea imposible cambiar la historia,
Es imposible haber muerto sin haber vivido”

A los familiares de Nelson Araneda Loayza vaya nuestro cariño
A los compañeros y compañeras presentes

En nombre de la Dirección Nacional y los compañeros del Zonal Sur del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (por supuesto sin apellido).

Hoy nos encontramos presentes porque nos sentimos obligados a despedir al compañero Nelson Araneda Loayza, combatiente ejemplar de nuestra organización, asesinado brutalmente por los esbirros de la dictadura, criminales que aún caminan libres por la calles de este país.

Como nuestra generación no tuvo la oportunidad de conocerle ni compartir en la construcción de las tareas de la revolución, no haremos una semblanza de Nelson, más bien haremos la reivindicación política urgente del camino elegido, la validez del proyecto que encarnaba, por lo que nos remitiremos a rescatar al trabajador de carne y hueso, al laborioso constructor de los sueños, de la utopía como mega relato de la emancipación de los pobres del campo y de la ciudad.

A Nelson no lo conocimos pero sabemos a ciencia cierta que fue un militante ejemplar de la clase trabajadora, como dirigente nacional de los trabajadores del petróleo, militante íntegro del partido revolucionario, asumiendo las tareas extraordinarias que el periodo histórico le exigió.
Nelson no fue una víctima de la represión, fue un combatiente a carta cabal, apropiándose conscientemente del compromiso y los peligros que conlleva las tareas de la transformación social y las tareas del partido de la clase.
 
Un hombre real y concreto, que hace callar a todos aquellos que alimentan el desaliento, aquellos que justificando su claudicación frente a las pequeñas prebendas del capital, nos acusan de querer revelar celestialmente el camino, como si la historia de esta humanidad no importara y no hubiere demostrado nada.

La memoria de Nelson es del hombre que frena a los pontificadores de las luchas culturales, ecológicas, feministas, gays, étnicas, nacionales, religiosas o multiculturalistas, de aquellos que se parcelan en sus reivindicaciones como si fueran el centro de la política emancipatoria, y lo planteamos porque son luchas que relegan la esfera económica -casualmente la decisiva- a un segundo plano o al silencio, y porque el capital reposadamente es capaz de satisfacer esas contiendas, sin recular un ápice en la superexplotación de los trabajadores o en la destrucción de la naturaleza.

Nelson es el hombre que sacrifica su vida, no en la defensa de las conquistas del Estado de Bienestar, no el que hoy día alberga una ingenua ilusión sobre las potencialidades de la tecnología, especialmente Internet, para la creación de nuevas comunidades y opciones políticas.
No, Nelson es la prueba fehaciente del esfuerzo y el sacrificio persistente de la construcción desde el hombre, para la liberación del hombre, el que desciende, humaniza la vanguardia, su rol como expresión política sintética de la clase, destruyendo el mito supra humano de la fría estructura.

Nelson no era, de los que bregaban por erradicar a los que desafían al poder y levantan estrategias de lucha autónomas, independientes, desde fuera del juego electoral. No era, de los que aspiran ganar unos cuantos votos y entrar a la repartija de las sobras.
 
No, el compañero Nelson era de los que creían en construir y organizar, en acumular fuerzas para que los trabajadores y el pueblo en su conjunto levantaran sus propias propuestas de lucha y vida digna. No era, de aquellos que asumen la forma de terceras vías que son en la práctica simples certificaciones de defunción de las segundas vías, las anticapitalistas, y glorificaciones de las primeras vías, las liberales puras y duras.

El contenido de clase del proyecto al que adscribió Nelson, fue el MIR, donde están definidos los ejes de la acumulación de fuerzas, eslabones fundamentales de cada coyuntura, que comprende a los trabajadores, el campesinado y el pueblo, incorporando a los marginados y excluidos, a los pobres del campo y la ciudad, logrando acercar a sectores de la pequeña burguesía y a los cristianos, buscando la unidad por la base, de las fuerzas motrices y dirigentes de la revolución chilena.

La organización de grandes aciertos para llevar adelante la acción directa, como forma de ligazón entre el partido y el pueblo, de concebir al pueblo como sujeto y no mero objeto de la estrategia revolucionaria, de esta manera se combatía en la práctica las relaciones de tipo reformista, caudillistas y subordinada de la que estaba impregnada la izquierda parlamentaria chilena. Iniciando una forma de relación directa que permitía a estos sectores de masas influidos por el MIR, crecer en conciencia y organización.

La figura de Nelson es hoy parte de la continuidad de esa historia revolucionaria, porque el MIR no fue ayer, con Miguel cómplice del reformismo, el MIR no es hoy aliado alguno de supuestos progresistas o revolucionarios entre comillas, menos aún de liberales, administradores y cómplices del modelo neoliberal, engranajes de sometimiento de este pueblo.

Sin embargo, hemos de seguir viviendo con los de fuera.
Con los hombres, los animales, los conflictos y los vientos,
Es decir, con todo el mundo exterior que se halla
Tras el muro de nuestros sufrimientos;
Es decir, estemos donde estemos, hemos de vivir como si nunca
Hubiésemos de morir.
El brillo de la utopía revolucionaria continúa restallando
Para suplir las frustraciones e ignorancias de los hombres

Hoy nos vemos obligados a pensar y repensar la utopía, ante la imposibilidad de solucionar los problemas dentro de las coordenadas existentes, ante la convicción de que la peor opción es continuar con lo que conocemos. Los momentos en que somos más libres e iguales en este sistema son aquellos que dedicamos a la consecución de la utopía. El resto del tiempo somos meros esclavos.
 
Como señala el viejo Zizek; para ser anticapitalista hay que combatir el cáncer de la democracia liberal: el propio liberalismo y su puntal, la propiedad privada. Y os aseguramos que Nelson había escogido ese derrotero.
 
La lección clave de Lenin, radica en que la política sin estructura ni organización que le confiera la forma de demanda universal, es política sin política, revolución sin revolución, condenada al fracaso

... has de saber morir por los hombres.
Y además por hombres que quizás nunca viste,
y además sin que nadie te obligue a hacerlo,
y además sabiendo que la cosa más real y bella es vivir.

Y aquí estamos, sembrando en el fondo del pantano,
Esperando crecer, buscando el rayo de sol y la gota de agua
Descomprimiendo violentamente el saco natal
En busca del brote que queremos ser.

¡¡ Por una nueva generación para el proyecto revolucionario !!
¡¡Solo la lucha nos hará libres!!
¡¡Es Luchando es como avanza el pueblo!!

 
Dirección Nacional del Movimiento de Izquierda Revolucionaria
MIR

Lebu, 7 de Noviembre de 2009

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS


Declaración de principios aprobada en el congreso de fundación

I

El MIR se organiza para ser la vanguardia marxista-leninista de la clase obrera y capaz oprimidas de Chile que buscan la emancipación nacional y social. El MIR se considera el auténtico heredero de las tradiciones revolucionarias chilenas y el continuador de la trayectoria socialista de Luis Emilio Recabarren, el líder del proletariado chileno. La finalidad del MIR es el derrocamiento del sistema capitalista y su reemplazo de un gobierno de obreros y campesinos, dirigido por los órganos del poder proletario, cuya tarea será construir el socialismo y extinguir gradualmente el Estado hasta llegar a la sociedad sin clases. La destrucción del capitalismo implica un enfrentamiento revolucionario de las clases antagónicas.

II
El MIR fundamenta su acción revolucionaria en el hecho histórico de la lucha de clases. Los explotadores, por un lado, asentados en la propiedad privada de los medios de producción y de cambio; y por otro los explotados, mayoría aplastante de la población, que sólo cuentan con la fuerza de trabajo, de los cuales la clase burguesa extrae la plusvalía. El MIR reconoce al proletariado como la clase de vanguardia-revolucionaria que deberá ganar para su causa a los campesinos, intelectuales, técnicos y clase media empobrecida. El MIR combate intransigentemente a los explotadores, orientado en los principios de la lucha de clase contra clase y rechaza categóricamente toda estrategia tendiente a amortiguar esta lucha.

III
El siglo XX es el siglo de la agonía definitiva del sistema capitalista. El desarrollo de la técnica no ha servido para evitar las crisis periódicas, los millones de desocupados y la pauperización, a causa de que en el régimen capitalista la producción es social, pero la apropiación es individual. El sistema capitalista, en su etapa superior, el imperialismo, no puede ofrecer a la humanidad otra perspectiva que no sea el réimen dictatorial y la guerra , como un intento último para salir de su crisis crónica de estructura. Pretende ocultar en determinados periodos, su régimen de dictadura burguesa, ejercido a través del Estado opresor, hablando en abstracto de la libertad, pero sus contradicciones lo llevan inevitablemente al fascismo.

IV
El razgo más sobresaliente de este siglo es el carácter mundial que ha adquirido el proceso revolucionario. Todos los continentes han sido sacudidos por la historía y la relación de fuerzas entre las clases ha cambiado en un sentido desfavorable al imperialismo. Un tercio de la humanidad -más de mil millones de personas- ha salido de la óbita del capitalismo, y están construyendo el socialismo. El triunfo de la revolución en numerosos países atrasados ha demostrado que todas las naciones tienen condiciones objetivas suficientes para realizar la revolución socialista; que no hay proletariados "maduros e inmaduros". Las luchas por la liberación nacional y la reforma agraría se han transformado, a través de un proceso de revolución permanente e ininterrumpida, en revoluciones sociales, demostrandose así que sin el derrocamiento de la burguesía no hay posibilidades efectivas de liberación nacional y reforma agraría integral, tareas democráticas que se combinan con medidas socialistas.
La revolución en los países coloniales y semicoloniales no ha resuelto aún los problemas básicos del socialismo. Mientras la revolución no triunfe en los países altamente industrializados siempre estará abierto el peligro de una guerra nuclear y no se podrá alcanzar la sociedad sin clases. El imperialismo no será derrotado con la mera competencía económica entre los regímenes sociales opuestos en un mundo formal de coexistencia pacífica, sino por medio de la revolución socialista en los propios bastiones del imperialismo.

V
Las condiciones objetivas están más que maduras para el derrocamiento del sistema capitalista. A pesar de ello, el reformismo y el revisionismo siguen traicionando los intereses del proletariado. De ahí que la crisis de la humanidad se concretiza en la crisis de dirección mundial del proletariado. Sin embargo, el proceso revolucionario de las últimas décadas ha producido una crisis en los partidos políticos tradicionales de izquierda y han comenzado ha surgir movimientos revolucionarios nuevos que abren la perspectiva histórica para la superación de la crisis de dirección del proletariado.

VI
Chile se ha convertido en un país semicolonial, de desarrollo capitalista atrasado, desigual y combinado. A pesar de su atraso, Chile no es un país agrario sino industrial y minero. En 150 de desgobierno las castas dominantes han retrasado la agricultura, la minería y la industría, han entregado nuestras principales fuentes de producción al imperialismo, hipotecando la independencia nacional con pactos y compromisos internacionales; han convertido a Chile en uno de los paÍses con más bajo promedio de vida, de más alta mortalidad infanti de mayor analfabetismo, déficit alimenticio y habitacional. La trayectoria de las clases dominantes desde la declaración de nuestra Independencía en el siglo pasado hasta el presente, ha demostrado la incapacidad de la burguesía criolla y sus partidos para resolver las tareas democrático-burguesas que son, fundamentalmente, la liberación nacional, la reforma agraría, la kiquidación de los vestigios semifeudales. Recahazamos, por consiguente, la "teoría de las etapas" que establece equivocadamente, que primero hay que esperar una etapa democrático-burguesa, dirigida por la burguesía industrial, antes de que el proletaríado tome el poder.
Combatiremos toda concepción que aliente ilusiones en la "burguesía progresista" y practique la colaboración de clases. Sostenemos enfáticamente que la única clase capaz de realizar las tareas "democráticas" combinadas con las socialistas, es el proletariado a la cabeza de los campesinos y de la clase media empobrecida.

VII

Las directivas burocráticas de los partidos tradicionales de la izquierda chilena defraudan las esperanzas de los trabajadores; en vez de luchar por el derrocamiento de la burguesía se limitan a plantear reformas al régimen capitalista, en el terreno de la colaboración de clases, engañan a los trabajadores con una danza electoral permanente, olvidando la acción directa y la tradición revolucionaría del proletariado chileno. Incluso, sostienen que se puede alcanzar el socialismo por la vía "pacífica y parlamentaria", como si alguna vez en la historía de las clases dominantes hubieran entregado voluntariamente el poder.
El MIR rechaza la teoría de la "vía pacífica" porque desarma políticamente al proletariado y por resultar inaplicable ya que la propia burguesía es la que resistirá, incluso con la dictadura totalitaría y la guerra civil, antes de entregar pacíficamente el poder. Reafirmamos el principio marxista-leninista de que el único camino para derrocar el régimen capitalistas la insurrección popular armada.

VIII
Frente a estos hechos, hemos asumido la responsabilidad de fundar el MIR para unificar, por encima de todo sectarismo, a los grupos militantes revolucionarios que estén dispuestos a emprender rápida, pero seriamente, la preparación y organización de la Revolución Socialista Chilena.
El MIR se define como una organización marxista-leninista, que se rige por los principios del centralismo democrático.
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Septiembre de 1965